jueves, 3 de diciembre de 2009

¡Este Domingo es cuando!


Quinientos años después, América se encuentra lo suficientemente madura. La utopía que hace su ingreso a la historia de la mano de América vía Tomas Moro y su Nova Insula de Utopia, ya no puede ni tiene que seguir esperando. Los procesos de transformación social están en marcha. Chávez continúa en Venezuela y no por los petrodólares como se tranquilizan a si mismos La Nación o TN. Sí fuera tan solo eso, ellos tienen muchos más petrodólares y ya lo hubieran volteado tantas veces como ganas tienen.
Correa llega a la presidencia de Ecuador; Mujica y sus 14 años de prisión lo llevan a la presidencia uruguaya; Cuba que sigue navegando contra viento y marea, contra todos los vaticinios de los futurólogos de la CNN. Y ellos, los del consenso de Washington, los predicadores de “esto es lo único posible”, los demócratas fascinados con Obama no entienden que pasa en este Continente que se mueve en un terremoto que parece un lento despertar, que se desentierra a si mismo y avanza a paso firme. América está madura y en movimiento.
Más allá de la fraudulenta elección realizada en Honduras para consumar el desplazamiento de Zelaya, pensemos que antes, EEUU lo hubiera solucionado de un plumazo y nadie hubiese hecho nada, hoy es distinto. Pensemos en todo lo que tienen que hacer para vestir de “democracia” a la falacia, y ni aún así consiguen consenso. Basta ver las declaraciones de Lula al respecto. Basta ver el desprecio continental. América está madura y esta harta de despojos, imposiciones y arbitrariedades. Ya nos robaron demasiado. Ya nos mintieron demasiado neolibelalismo. Ya tuvimos suficiente de los Martínez de Hoz y los Cavallo.
Por eso en Bolivia, durante el actual mandato, su gobierno invirtió las regalías de las compañías petroleras. Ahora es el Estado el que cuenta con mayor participación en las ganancias. Justo al revés. Eso no es maldad, eso no es venganza, eso es cuidar los propios recursos, es generar capital e invertirlo en el bienestar del pueblo. Eso es modestia y paciencia en acción. Eso es la humildad espantando a los poderosos, desorientándolos por completo.
Lo pequeño que crece y se multiplica como en el mito de Inkarry, donde la cabeza de Atahualpa cercenada por Pizarro crece, oculta y madura como un tubérculo, como una papa en una tierra de luz. Cuando esa cabeza que crece termine de recuperar su cuerpo, recuperará lo que les arrebató la Conquista.
Frente a los posibilistas, frente a los revolucionarios que temen sacar los pies del plato, alguien, un indio, un aymará, todo un pueblo en Bolivia se levanta y dice ¡Si se Puede! y ¡Ahora es cuando! Es paradójico, pero nada casual. El aymará Evo Morales representa un largo viaje revolucionario de lo micro a lo macro. De lo minúsculo a la grandeza ancestral corporizada por su asunción en Thiahuanaco. Y ahora va de vuelta. Morales comenzó defendiendo a las pequeñas hojas de coca contra la erradicación impuesta por la DEA , allá en el Chapare. No es casual. Julio Cortazar lo sabría. Evo viajo desde el corazón cocalero hasta la Casa de Gobierno de La Paz amparando y amparado por una pequeña hoja milenaria. Verde que te quiero verde, diría Lorca si lo viera. El Evo que defendía la existencia de una planta ancestral no llegaba sólo al poder, marchaba acompañado de una enorme conciencia comunitaria, un viento de pueblo que lo lleva MAS y MAS.
El futuro no puede ser SIEMPRE mañana. Toda la vida nos hablan del mañana, de las generaciones venideros. Bolivia tiene razón. ¡AHORA ES CUANDO! Es hora de que el futuro sea hoy, que llegue hoy. Todo el poder al pueblo. Todo el poder de retorno a la tierra. La tierra es la dueña de si misma. Por eso, este domingo 6 de diciembre, la Pachamama y sus hijos, la tierra y su gente, toda Bolivia americanizada y toda América bolivianizada va a sonreír cuando su pueblo lleve nuevamente a Álvaro García Linera y al Evo Morales Ayma al poder.

Marcelo Valko
Profesor Titular “Imaginario Étnico, Memoria y Resistencia”
Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo

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