
Fue denunciada hasta por Human Rights Watch por su dureza ante todo lo que sea dejar que se organicen los trabajadores. En cada país en que opera, aplica manuales antigremio notables, con “herramientas” que “nos salvaguarden” de los sindicatos. En Argentina sufrieron un solo paro, produjeron despidos y operaron fuerte entre sus “asociados”: ni siquiera dejan usar la palabra “empleado”.
Fuente:página12
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