viernes, 27 de marzo de 2009

"Relaciona, relaciona que algo quedará..."

Al estilo de Goebbels, responsable de la propaganda nazi durante el régimen nazi, quien dijo alguna vez: "miente, miente que algo quedará...", legisladores del PRO, en nota de hoy en el diario Clarín, intentaron comparar la protesta realizada por Ademys frente a la casa de la Vicejefa de Gobierno Gabriela Michetti, con el mismo régimen nazi.
Muy lejos está esta acción de merecer semejante comparación. Los funcionarios que lo han hecho demuestran en todo caso que no sólo no saben nada de Educación Pública, sino que desconocen la historia. Comparar a los docentes que día a día desarrollan su tarea con los hijos de la ciudadanía porteña con el propio régimen nazi es deleznable. El nazismo fue dictadura, racismo, asesinatos en masa, holocausto, guerra, desprecio por la condición humana, acumulación de riqueza en unos pocos.
Los movimientos sociales y los gremios no confunden lo privado y lo público (esa confusión queda para gobiernos que toman a la educación como gasto y al espacio público como inversión) ni denuncian a las personas por sus particularidades u origen sino que se dirigen a los funcionarios responsables del empobrecimiento de la educación pública y, en este sentido, los funcionarios lo son durante todo el día y a toda hora, por lo menos así lo expresan cuando defienden su "abnegada tarea".
La clase pública desarrollada por Ademys intentó recrear en el espacio público el clima pacífico, de debate de ideas y el espíritu crítico que día a día desarrollamos en nuestra tarea escolar.
Cabría reflexionar sobre porque surgen este tipo de protestas. Cuando las instituciones políticas no dan respuesta, el pueblo con su creatividad, ha buscado otras formas de reclamo. Si la legislatura vota la estabilidad laboral para los docentes contratados, y el Ejecutivo lo veta. Si después de un paro de 95% de acatamiento, y luego de dos semanas de la última oferta salarial, el Gobierno nos convoca a la Mesa de negociaciones sin tener ninguna propuesta superadora ni dar respuesta a ninguno de los otros problemas de la Educación Pública. Si la misma política se ha privatizado y se resuelve no en los ámbitos institucionales y de debate público, sino en los conciliábulos de los domicilios privados, los docentes, los trabajadores, el pueblo en general busca alternativas en sus acciones. La clase pública fue en ese sentido: recuperar la vida pública.
Tal vez los legisladores del macrismo que arriesgaron tamaña y temeraria comparación hayan sufrido una nueva confusión mental, al vincular la clase pública frente al domicilio de la vicejefa con las repudiables prácticas de la patota nazi. Quizás, en realidad, estaban pensando en las fuerzas de choque (la llamada UCEP), que el propio gobierno de la ciudad ha formado para reprimir y desalojar a los más humildes.

Fuente: Ademys - CTA

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