Por decisión de la ministra de Defensa, Nilda Garré, los jefes de Estados Mayores de las Fuerzas Armadas deberán anular las directivas que controlaban y castigaban, según los casos, la vida privada de los militares.Un comunicado del ministerio especifica que las normas ahora derogadas "discriminaban los derechos familiares del personal militar".La ministra llegó incluso más allá de la derogación de esas normas: su resolución "elimina de las obligaciones del personal militar la de responder interrogatorios acerca de: si se encuentra separado o no de su mujer; si está separado de hecho; si ha iniciado trámites judiciales para su divorcio (en este caso, los motivos); si convive o no con otra persona o si tiene hijos no reconocidos, y similares".
En realidad, Defensa puso fin a una serie de reglamentaciones anacrónicas, absurdas, violatorias de la Constitución, revestidas de una falsa moral que, en muchos casos, cortaron la carrera de militares brillantes o fueron utilizadas como instrumentos para decidir ascensos en las cúpulas de las tres fuerzas.
Fuente:Clarín y Propia
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