Mary Graham, una de las norteamericanas que vino con Sarmiento; Rosario Vera Peñaloza, Amadeo Jacques, de "Juvenilia"; Rosa del Río, de "La Máquina Cultural", o hasta Jacinta Pichimahuida, de la TV.
Estos maestros, ejemplos de abnegación y dedicación, hoy ya no abundan. Las estadísticas oficiales advierten que entre 2002 y 2006 cayó un 27 % la matrícula de ingresantes a institutos de formación docente.Según datos del Ministerio de Educación de la Nación, en 2002 se habían anotado 80.574 estudiantes.
En 2006 esa cifra había bajado a 58.782. La caída no fue abrupta ni de un día para el otro: en todos estos años la tendencia fue descendiente (entre 5 y 7 %), con el pico de 12 % entre 2003 y 2004. ¿Cómo se explica entonces este fenómeno?"Cuando el mercado laboral se achica, la docencia es la más elegida. En períodos de expansión y crecimiento, como el que se registró a partir de 2003, los jóvenes se vuelcan a otras opciones", señala el ministro de Educación, Daniel Filmus.
"Ser docente se convirtió más bien en una combinación de trabajo social y la asistencia de comedor. No era un horizonte deseado por los jóvenes: sueldos bajos, muchas exigencias y una profesión con prestigio social absolutamente devaluado", analiza la directora de Educación y Cultura de la provincia de Buenos Aires, Adriana Puiggrós.
Fuente: Clarín
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario