miércoles, 2 de abril de 2008

Algo personal

Probablemente en su pueblo se les recordará como a cachorros de buenas personas,
que hurtaban flores para regalar a su mamá
y daban de comer a las palomas.
Probablemente que todo eso debe ser verdadaunque es mas turbio como y de que manera llegaron esos individuos a ser lo que son ni a quien sirven cuando alzan sus banderas.
Hombres de paja que usan la colonia y el honorpara ocultar oscuras intenciones:Tienen doble vida, son sicarios del mal,entre esos tipos y yo hay algo personal.
Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad, viajan de incógnito en autos blindados a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad,a colgar en las escuelas su retrato.
Se gastan mas de lo que tienen en coleccionar espias, listas negras y arsenales; resulta bochornoso verlos fanfarroneara ver quien es el que la tiene mas grande.
Se arman hasta los dientes en nombre de la paz,juegan con cosas que no tienen repuesto y las culpa es de otros si algo les sale mal. Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Y como quien en la cosa nada tiene que perder pulsan la alarma y rompen las promesas y en nombre de quien no tienen el gusto de conocer, nos ponen la pistola en la cabeza.
Se agarran de los pelos pero, para no ensuciar, van a cagar a casa de otra gentey experimentan nuevos métodos de masacrar, sofisticados y a la vez convincentes.
No conocen ni a su padre cuando pierden el control,ni recuerdan que en el mundo hay niños. Nos niegan a todos el pan y la sal. Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Pero eso sí, los sicarios no pierden la ocasión, de declarar publicamente su empeño, de propiciar un dialogo de franca distensión, que les permita hallar un marco previo.
Que garantice unas premisas mínimas que faciliten crear los resortes que impulsen un punto de partida solido y capazde este a oeste y de sur a norte.
Donde establecer las bases de un tratado de amistad que contribuya a poner los cimientos de una plataforma donde edificar un hermoso futuro de amor y Paz.

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