
Según esas fuentes, se habrían elaborado varios borradores con distintas alternativas. Una impulsaría elevar a $ 7.000 el tope a partir del cual se paga el impuesto para los asalariados casados con hijos. Actualmente, para este mismo caso, es a partir de los 4.577 pesos.
El tema se aceleró tras el cierre de muchos convenios salariales. Con los aumentos, y al mantenerse fijo el mencionado tope salarial, una parte de la mejora no va al bolsillo del trabajador sino al Fisco.
También estaría pesando el momento político: la medida beneficiaría a sectores de la clase media, contrarrestando el malestar que se suscitó a partir del conflicto con el campo, según argumentan en el Gobierno.
También favorecería a la CGT que viene pidiendo la medida.
Fuente: Clarín
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