sábado, 28 de febrero de 2009

La verdadera agenda líquida del Campo

La Mesa de Enlace del Campo se reunió con legisladores de la Oposición en el Senado. Podría haberse reunido en cualquier otro lugar: en Campo de Mayo, en un barrio cerrado o en la Sociedad Rural que es más grande y que compraron de oferta. Fue un gesto demostrativo de su predisposición democrática, tan largamente demostrada.
Cómo aplaudieron a Alfredo De Ángeli. Pero que sea la última vez que hace una travesura o lo pondrán en penitencia. A D’Elía por mucho menos: cadena perpetua con submarino seco.
Al campo no le basta dialogar con el Gobierno. Es poco. Y el campo es mucho. necesita auditorios más vastos. Faltaría una reunión con las Fuerzas Armadas. Con todas, y de uniforme de gala. Y con los granaderos gallardos que le escondieron a Cobos. Y más reuniones todavía. Con la Corte Suprema pero sin Zaffaroni; con la Mesa de Enlace del cardenal Bergoglio sin el padre Olmedo; y con la del rabino Bergman con quipá con borla de oro de templo caro. Y tal vez otro encuentro piadoso con sacerdotes negadores del Holocausto, que alguno aún queda. También reunirse con Diego Maradona, con los boy scouts y con la asociación de vendedores de palomitas de maíz para no perder el perfil pueblo. Porque el Gobierno no es el único interlocutor.
El campo también debería reunirse con los embajadores latinoamericanos acreditados en el país. Pero sin Bolivia, Ecuador, Venezuela, ni Cuba. Y reencontrarse en un banquete con sus economistas doctrinarios de las fundaciones que siempre legitimaron el sistema de concentración de la riqueza en las mejores manos. Pocas pero buenas. Entre ellas las del campo.
Que el Gobierno dialogue cuanto quiera. Pero el show room en el Senado reveló la tendencia fraterna. Los discursos allí vertidos sonaban a elegía ecológica, a letanía proletaria, a distribución de la riqueza. Y a voluntad de pagar impuestos hasta por derecho de pampa húmeda tomada a perpetuidad en una distracción de la antigua patria. Qué belleza campestre descolló en el recinto como en épocas bovinas inolvidables. El new Campo no es un mero interlocutor del Gobierno sino su damnificado moral y económico, y su acreedor histórico. El Gobierno solo no alcanza. Mientras el campo le habla de hambre y sacrificio el Gobierno le contesta con la ventanilla de cobranza. Así no. No tiene ministro ni ministerio que puedan responder a sus exigencias.
Tampoco la presidenta. Y menos ahora que los jóvenes parece que la ignoran. Los jóvenes de la encuesta de Poliarquía votan en Facebook y piensan como Zigmun Bauman en el amor líquido y en la política líquida y en la presidenta licuada. Por suerte no hay nada más argentino y sociable que el campo. Falta que el Gobierno se entregue. La soja tiene que sustituir a los bosques y la plata tiene que volver a sus dueños.-

por Orlando Barone
(Diario “El Argentino”

1 comentario:

Informacion Libre dijo...

Orlando barone trabajo en CLARIN durante la última dictadura...
es un cipayo del establishment!!!