
La escuchaban medio centenar de Madres, militantes de derechos humanos y obreros que trabajan en los proyectos de construcción de viviendas de su Asociación.Pero el reparto de críticas no se limitó a Cobos.
Bonafini -una aliada del Gobierno de los Kirchner- dejó en claro que no veía con buenos ojos las estrategias de los militantes K que montaron carpas en el Congreso. En alusión a la suerte de competencia de cotillón desplegada luego de que el campo instalara su toro inflable, dijo que los militantes K no estaban siendo "creativos", y que faltaba experiencia ya que iban "detrás" de las iniciativas del campo. Y prometió darse "una vuelta" en la tarde para "hablar con los muchachos".
Pero sobre todo, les cuestionó que hayan jugado una tocata de rugby con "esos remil hijos de puta" del campo, a los que calificó sin vueltas de "nuestros enemigos".Alfredo de Angeli tampoco se salvó de su andanada, que ironizó acerca del futuro político que algunos le anticipan. Lo comparó con las bailarinas del caño de Marcelo Tinelli, "que están una temporada y cuando se van ya nadie se acuerda de ellas".
También se quejó de que en las discusiones en Diputados la mayoría de los presentes fueran del campo, los que eran fácil de distinguir por su modo de vestir, según dijo. Y sostuvo que "nosotros somos los que tenemos que estar allí".
La ronda terminó con aplausos, como cada jueves, turistas extranjeros sacaban fotos de las mujeres de pañuelos blancos.
Fuente:Clarín
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